22 nov 2010

"Ocho años de problemas en Samoa"

El escocés Robert Louis Stevenson es conocido por dos archifamosas novelas, una de aventuras, La isla del tesoro, y otra que gira en torno a una ficción científico-fiosófica con estructura y ambiente propios de un relato de misterio o policiaco, El extraño caso del doctor Jekyll y el señor Hyde.  
Este año, en el que se conmemora el centenario de su muerte, se ha editado por primera vez en castellano Ocho años de problemas en Samoa, donde Stevenson residió --y también murió-- y donde vivió en directo el poco conocido enfrentamiento --más posicional que bélico-- que protagonizaron las armadas de Alemania, Estados Unidos e Inglaterra por el control del archipiélago. En realidad, las fuerzas navales de esas tres potencias apenas combatieron entre sí, sino que se dedicaron a ir tomando posiciones en las islas para ganar derechos de explotación y de comercio.  
Los samoanos se defendieron como pudieron en un intento de mantener su indepeencia política y conservar su estrucura social y económica. El litigio entre los colonialistas, que se prolongó más de ocho años, acabó desestabilizando la sociedad samoana y prácticamente arruinó sus economías locales. 
Como en tantos otros enclaves del Pacífico y del Índico, los imperios enfrentados coincidían en una cosa: destruir el poder de las elites indígenas. Stevenson, al igual que la mayoría de los escasos europeos que residían en el archipiélago, apoyó a los samoanos frente a lo que describió como una injustificable injerencia extranjera. Finalmente, como casi siempre, la fuerza se impuso a la razón.  
No obstante, Ocho años de problemas en Samoa no es una crónica del enfrentamiento a varias bandas que se vivió en las islas, sino un texto en el que se combinan los elementos del libro de viajes con el ensayo de un observador que presta testimonio de lo que ve, escucha, piensa y siente.
Edita EDICIONES DEL VIENTO

No hay comentarios:

Publicar un comentario

* CDL admite comentarios anónimos siempre que NO incluyan insultos ni difamaciones.
* CDL admite comentarios anónimos sempre que NON inclúan insultos nin difamacións.